Es poco conocido que el capital de propiedad intelectual de una empresa está conformado por: Derechos de Autor, Derechos Conexos, Marcas, Avisos Comerciales (slogans), Nombres Comerciales, Patentes, Diseños Industriales, Modelos de Utilidad, Circuitos Integrados, Licencias de Uso, Secretos Industriales y Denominación de Origen, entre otros. También son llamados activos intangibles, porque dichos elementos son parte esencial del patrimonio de las empresas mexicanas, ya que generan beneficios económicos y ventajas competitivas en el mercado. La existencia de diferentes derechos de propiedad intelectual en una compañía tiene gran importancia, ya que de ellos dependen cuestiones como:

  • La estructuración de una empresa.
  • El precio de transacciones internas.
  • Generación de flujo de efectivo.
  • Planeación fiscal.
  • Incremento en el valor de la empresa.
  • Licenciamiento de derechos.
  • Análisis sobre reorganización.
  • Apoyo en controversias legales, como solicitud de Quiebra y conciliación con acreedores, entre otros.

Desafortunadamente, sólo un bajo porcentaje de las personas que crean o innovan protegen sus creaciones, ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial IMPI o el Instituto Nacional del Derecho de Autor INDAUTOR, quedando desprotegidos sus derechos de uso exclusivo y explotación. Lo anterior genera pérdidas difíciles de cuantificar, debido a que terceros explotan creaciones o invenciones sin previa autorización o licencia.

Existe un gran escepticismo por  parte de la gente, para registrar una marca, solicitar una patente o solicitar el registro de una obra literaria o artística en nuestro país, y considero que las razones por las cuales no se realizan esas solicitudes en México son:

  • Falta de difusión sobre el proceso a seguir, así como las diferentes opciones que el IMPI o INDAUTOR ofrecen para proteger los derechos que éstas instituciones otorgan.
  • El desconocimiento de las ventajas económicas que implica el obtener la titularidad de las creaciones.
  • La falta de solvencia económica para pagar el procedimiento.
  • Falta de material educativo en las escuelas y universidades en diversos temas de propiedad intelectual, especialmente de derechos de autor y derechos conexos.

Para finalizar, creo que los mexicanos debemos desarrollar nuestra creatividad e innovar para crear nuevas formas de competitividad en el mercado de manera honesta. No importa si eres emprendedor, eres una PYME, o inventor independiente, la protección de la propiedad intelectual, no sólo beneficia al titular, sino a nuestra economía al crear un activo para tu negocio y crear nuevas fuentes de empleo.

Al final, el objetivo de crear e innovar es ser diferente y sobresalir en el área en donde comercializamos nuestro producto o servicio y generar ganancias.

“Crea, protege, innova”

Rocío Robles Ruiz
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